miércoles, 15 de octubre de 2025

Mensajero de un deseo

A raíz de un video de Facebook, que se viralizó entre mis amigos, en el que una persona, al que no conozco, se planteaba por qué San Nicolás del Puerto no estaba hermanada con la ciudad de San Diego de California y le pedía al alcalde de esa población de EEUU que aceptara ese deseo, me planteé lo siguiente: llevar al ayuntamiento de esa ciudad norteamericana la solicitud de nuestro ayuntamiento de iniciar los tramites para se hiciera realidad. Y que esa solicitud estuviera acompañada del apoyo de nuestra hermandad matriz.


Estoy preparando mi viaje a EEUU con ocasión de la boda el día veinticinco de octubre de un amigo en Atlanta. Ese viaje lo he ampliado, por pura voluntad de conocer el oeste de ese país, a Los Ángeles, San Francisco y San Diego. Y por ello la posibilidad que vi de hacer llegar al ayuntamiento de esa ciudad de una solicitud formal de hermandad entra las dos ciudades. 
Ya están en mi poder esa solicitud, acompañada por la de apoyo de la hermandad a la solicitud de la alcaldía, que presentaré en el registro de la municipalidad de esa ciudad.


¡Hasta la próxima, primero Dios!

Marrakech

Marrakech es, junto a Mequinez Fez y Rabat, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. La ciudad posee el mercado tradicional (Suk) más grande del país y una de las plazas más concurridas de África y del mundo, Djemaa el Fna. Cuando la visite en el año mil novecientos ochenta y siete, hace ya años, la vi muy diferente a esta vez. En la plaza habían acróbatas, cuenta-cuentos, vendedores de agua, bailarines y músicos, encantadores de serpientes. 

Hoy la he visto diferente. Por la noche, la plaza se sigue llenando  de puestos de comida, convirtiéndose en un gran restaurante al aire libre.
He ido acompañado por amigos de Paradas y de La Campana. Llegamos el sábado por la mañana y salimos el lunes por la tarde aprovechando el puente del Día Nacional de España. Nos hemos quedado en un Riad en el ciudad vieja. La ciudad vieja, protegida por un cordón de bastiones hechos de tierra roja que encierran un laberinto de callejuelas y palacios, mercados y mezquitas, cúpulas y minaretes. 
La Medina de Marrakech ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985, siendo actualmente uno de los lugares de visita obligada. Su corazón es la gran plaza Jamaa el Fna, al norte de la cual se abre el laberinto de los Suks (mercados tradicionales, a menudo descubiertos). 
Siguiendo hacia el norte se encuentran la mezquita y madraza de Ben Youssef y el museo de Marrakech. Al sur de la plaza, en cambio, a lo largo de los siglos se han instalado los gobernantes de la ciudad. 
Hoy la zona está dominada por el Palacio Real, erigido sobre las ruinas de los precedentes palacios almohades, que ocupa una vastísima área rodeada de murallas (la llamada kasbah, que significa ciudadela fortificada) y no está abierto al público.
Pasear por medio de las infinidad de callejuelas llenas de tiendas dedicadas a la venta de productos típicos marroquíes, comer en restaurantes con comidas exquisitas y bien condimentadas, asistir a espectáculos típicos,  buscar terrazas donde vendieran cervezas, visitar algunos palacios y otros monumentos han ocupado nuestros días. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!


miércoles, 1 de octubre de 2025

Un Dios hecho pequeño

Hoy es el día de Santa Teresa del niños Jesús. Y en la misa se ha recordado  un frase que explica muy bien quién es Dios. Dice más o menos así: "¡Yo no puedo tener miedo a un Dios que se ha hecho tan pequeño por mí… ¡Yo lo amo! ¡Pues él es solo amor y misericordia!" Expresa la idea de que el amor y la misericordia de Dios se manifestaron de forma tan humilde en su encarnación y vida que no hay lugar para el miedo. Al contrario antes Dios debemos tener valentía, calma, tranquilidad, confianza, fe, esperanza, amor.

¡Cómo tener miedo a un Dios que se ha hecho tan pequeño! ¡Qué tipo de Dios es este! Con el papa Francisco sabemos bien que Dios es Padre, y que nos ama y quiere nuestra salvación, y siempre perdona, siempre; por lo cual no hay motivo para tener miedo de Él. 

Para tener una fe que no se base en el miedo, sino en la confianza, en el amor y en la esperanza, es importante cultivarla a través de la vivencia en una comunidad que viva y transmita este Dios que es amor, de una presencia  personal ante Él constante, de cercanía a la palabra de Dios y, sobre todo, de la práctica de actos de amor hacia le prójimo, en especial, a los empobrecidos, buscando en todo momento la justicia y la verdad. Como nos recordó el papa Juan XXIII, la verdad requiere el reconocimiento de la dignidad y los derechos iguales de todas las personas y naciones, mientras que la justicia implica el respeto a los derechos ajenos y la equitativa distribución de recursos.

Recibimos un don del Espíritu el que nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, con respeto y confianza en sus manos. Esto nos hará entender que Dios esta en nosotros para ser su presencia en el mundo.

¡Hasta la próxima, primero Dios!