viernes, 1 de agosto de 2025

30 de julio

El día comenzó a la 6,03 h. Me desperté unos siete minutos antes de que sonara el despertador. Tenía que hacer varias cosas antes de coger el autobús que me llevaría a Sevilla. Así que me dispuse a tener un día ajetreado.

Recité tres oraciones para comenzarlo. Me pongo en manos del Padre y del Señor Jesús poniendo a Francisco en mis intenciones. El Padre nuestro lo tenga ya en su presencia. Ayer, ya muy tarde, Juanfran, hijo de mi prima hermana María, me informaba de la muerte de su padre. Como los conocía a los dos juntos, a ambos los consideraba primos. Esto me hizo adelantar mi ida a Sevilla pues por la noche tenía el encuentro familiar y tenía previsto salir a las 14,20 h.

Salí de casa a las siete y un minuto. Lo que me llevó más tiempo desde que me levanté fue regar las plantas. Hasta mañana por la tarde era mucho tiempo y debían estar regadas. El autobús llegó con tres minutos de retraso. Me costó 5,80 euros con la rebaja por ser mayor de sesenta y cinco años. Venía de Guadalcanal, volvía a Alanís y se dirigía a Cazalla de la Sierra. O sea, llega a S. Nicolás y vuelve atrás. Sólo para tomar un viajero. Ahora en verano hace este recorrido siempre. El resto del año lo hace bajo demanda, esto es hay que llamar a la empresa para que llegue a S. Nicolás. Me resulto todo muy extraño.

Hacía tiempo que no me montaba en el bus. Y percibo el paisaje de una manera diferente tanto por no ir conduciendo como por ir mas alto. Es simplemente magnífico este recorrido por la Sierra Morrena. Salimos de El Pedroso a la hora desde que salimos de San Nicolás. La parada está en frente de la estación del tren en la que se monta bastante gente. Y eso me plantea ¿Si el tren es más rápido por qué la gente coge el autobús?

A las 8,49 llegamos a Cantillana ya perteneciente a la comarca Valle del Guadalquivir. Me extrañó que no parara en el pueblo. A la salida me dispuse a tomar el desayuno que traía en la mochila. A las 9 lléganos a El Viar y un poco después a Esquivel, dos pueblos de los llamados de colonización creados por Franco para rentabilizar la tierra. En ambos subieron pasajeros. El terreno esta sembrado de naranjos, girasol y trigo. En Alcalá del Río, ya servido por otra línea de transporte de viajeros, nos dirigimos hacia La Rinconada, muy cerca del anterior pueblo. En todos estos pueblos se pueden apear los pasajeros pero no acceder, por eso no se paró en Cantillana.

Al poco tiempo ya se observan los dos edificios mas alto de Sevilla: el puente del Alamillo y la Torre de Sevilla. Estamos a cinco km. Entramos en ella por San Jerónimo a las 9,30. Enfrente del cementerio tiene la primera parada. La otra cerca del hospital Virgen de la Macarena a la orilla del Rio.
Y ya en la estación de Autobuses. Y tras 2,30 me bajo del bus a las 9.47. Escribir esta crónica me ha hecho que el viaje se pasara en un plis plas.

¡Hasta la próxima, primero Dios!


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