jueves, 1 de mayo de 2025

Soy amo de mi destino

Ayer por la noche vi, por enésima vez, Invictus, película de 2009 dirigida por Clint Eastwood. Trata sobre Nelson Mandela y su uso de la Copa de Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. En varias ocasiones el actor, Morgan Freeman, repite una frase que me llamó la atención, pero no la recordaba entera. Decía esto: "Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma".  Pero no recordaba lo que decía anteriormente, por eso busqué cuál era el origen de esa frase y qué decía.
La frase es de un poema de William Ernest Henley, un poeta inglés de finales del siglo XIX. Era un poema muy apreciado por Mandela y da nombre a la película Invictus. Estos versos, anotados en una hoja de papel, acompañaron a Nelson Mandela durante las décadas que lo mantuvieron en prisión. El poema “Invictus”, se popularizó gracias a esta película homónima donde nos muestra a un Mandela visionario luchando por la unión y la reconciliación de Sudáfrica. En la recitación de este poema, Freeman une versos del poema de una manera distinta que en el poema original, ya que antecede a estos dos versos, anteriormente citado, otros versos que en el poema va en otro lugar. Estos son los dos versos que Freeman pone delante de los citados: "Doy gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable"
Este es el poema entero:
"En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años
me halla, y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma".

¿Quieres ser el amo de tu destino y el capitán de tu alma?
En esos momentos en que las circunstancias te vienen mal dadas, este poema deberías recordarte que aún dispones de esa fuerza interna, llamada resiliencia, que te permite soportar lo que ahora te parece insoportable, avanzar en lo que te parece insuperable y esperar con paciencia el final de la tormenta sin fin. Me temo que, a veces, entre la derrota y que tu John Silver, atractivo y carismático, deje un recuerdo inmortal, solo media tu resiliencia. 
Habla de la absoluta certeza que tienes de que, por difíciles que sean las circunstancia que está viviendo, siempre sigue contando con su capacidad de decisión, sintiéndote protagonista del espacio de vida que te toca vivir. Este sentido de protagonista nos ayuda a discernir entre aquellos condicionantes que ya no podemos modificar, y aquellas circunstancias que nos permiten tomar decisiones y cambiar nuestro presente.
Veamos lo siguiente: Soy Dueño de mi destino, implica que eres quien decide y conduce tu camino. Las circunstancias pueden que te llenen el camino de barreras, piedras y obstáculos, pero está en ti decidir como lidias con ellos, los esquivas, los superas y finalmente los dejas atrás. Aun cuando, te veas forzado y presionado a afrontar esos grandes retos y circunstancias apremiantes, debes hacer como el agua de un río, que para llegar al mar; se amolda, sube y baja el ritmo, se ensancha y se encoje, fluye hasta alcanzar su objetivo. Entonces, ¡Soy Dueño de mi Destino! se refiere a como debes enfrentar y superar problemas para obrar tu propio camino. Ahora bien, ¡Soy Capitán de mi alma!, nos dice como sentirnos mientras transitamos ese camino. No te dejes desanimar por otros, no dejes que la desesperanza te inmovilice, confía en ti. 
Cuántas veces nos ha pasado que creemos que las circunstancias que nos rodean nos sumergen, nos ahogan y superan. Cuando no vemos un camino claro, o inclusive viéndolo, el miedo, las circunstancias, nos paraliza. Seguramente a lo largo de nuestras vidas, varias o muchas veces nos pasa según cada quien viva. Pero es eso, la VIDA, está llena de retos y circunstancias para ser vividas y superadas, la felicidad no se mide por la ausencia de problemas, se mide por la forma como los enfrentas y lidias con ellos. ¡No importa lo estrecha que sea la puerta!
Me ha parecido un tema interesante cuando hay condiciones que nos llevan, quizás, a vivir situaciones difíciles y retadoras. No perdamos de vista nuestro protagonismo, somos nosotros los que hacemos una lectura de nuestro presente, que incluye nuestro pasado y se proyecta al futuro. Y somos nosotros los que decidimos cómo vamos a hacer frente a lo que la vida nos pone por delante.
Hoy, y siempre, estos versos son muy importantes, y el poema de donde vienen, es actual y necesario. ¡Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma!
En lo personal y en lo profesional, ¡ten a mano esta poesía!

¡Hasta la próxima, primero Dios!

PD: Las lecciones de un estoico moderno: "Usa bien tu mente y sé amable con los demás ¡Eso es todo!" Massimo Pigliucci.


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