jueves, 29 de mayo de 2025

Rico en alegría

Esta mañana he tenido que ir a Cazalla de la Sierra por varios motivos. Me avisó ayer Pepe, el del taller, que ya había recibido la máquina que rellena el aíre acondicionado del coche. Y apunté en un papelito, cosa que aprendí de mi madre, las cosas que debía comprar en las tiendas de allí. Así que el viaje me iba a salir de mucho provecho. 

Después de ir al médico donde pude charlar con varias personas que esperaban a Susana o al enfermero, y disfrutar de la amistad que me unía con las ellas, y tras hablar con la médica, fui a coger el coche que estaba en la puerta de mi casa. 

Bajando por la calle cruz, me acordaba del cariño de Esperanza, de novena y tres años, que estaba sola en el médico para hacerse una prueba del talón que tenía que ver algo sobre la diabetes. No tenia ni idea de ese tipo de prueba. Ella esta muy bien de salud. Madre de cinco hijos de los cuales soy amigo. Me senté a su lado. Ella, hablando, me ponía la mano sobre mi rodilla para acentuar lo que decía. Me parecía un gesto de cercanía y cariño hacia mí. Eso se me quedo grabado. 

Al llegar al taller, Pepe tenía enchufado un vehículo a la máquina del aíre acondicionado. Me dijo que no funcionaba bien. Que tenía que resetearlo o algo así. Lo vi abrirlo y hacer algo con él. Me preguntó si había venido expresamente a Cazalla por este motivo y le dije que sí. 

Entonces le dije que no pasaba nada, que podría venir la semana próxima. ¿De verdad que no te molesta?, me preguntó. "¡Para nada, Pepe!" le respondí. Mi relación con él es amigable y simpática. "¡Qué bueno!" le escuche decir, en voz baja. "De todas forma, si consigo arreglarla, te llamo esta tarde. Esta haciendo mucho calor para ir por ahí sin aire", me dijo. Yo le dije que muy bien y el me dijo que me llamaría. 

Pasé por el chino a comprar varias cosas y voy a la ferretería en el mismo polígono industrial. Llego y, en silencio, me quedo haciendo la cola, pues había mucha gente. Me dice Javier pasado un rato, al verme: "¿Qué callaíto estás hoy?". Con Javi me llevo muy bien. Lo conozco sólo de despachar. Suelo gastarle bromas y, claro, no se esperaba que estuviera en silencio. Estaban cuatro clientes delante mía y no era cuestión de armarla. Me dice al pasar por mi lado, atendiendo a otra persona, que soy una buena persona, de buenas maneras, tocándome el hombro. 

Cuando me atiende Carlos, el dueño, al ir a pagar le doy la tarjeta bancaria. El dice que a ver si hay dinero ya que estamos a final de  mes. Yo le digo que soy rico. "¿Rico en qué en dinero, en paciencia...?". "¡Rico en alegría!" le respondo. "¡Eso pienso yo!" me contesta. "¡El que es alegre dura más años!" continúa. Me despido de ellos y, en la calle, me encuentro sonriendo.

¡Qué momentos tan simples y tan llenos de vida! Sin grandes alardes, sin grandes gestos, se puede sentirse uno pleno. La sencillez del gesto de Esperanza, el agradecimiento de Pepe por mi aceptación ante la adversidad, la calidez de las palabras de Javi, la afirmación de Carlos sobre el ser alegre, hace que, incluso ahora que estoy escribiendo esta crónica - y tras estar mirando un rato a través de la puerta de calle abierta, en este verano adelantado, los árboles meciéndose - que no se me halla quitado la sonrisa por estos encuentros.


¡Hasta la próxima, primero Dios

domingo, 25 de mayo de 2025

Mayo

Este mes de mayo, al que le queda una semana, ha sido un mes en el que me he encontrado con familiares y amigo en fiestas y celebraciones. Ya comenzó esto en la feria de abril, en mayo, a principio de mes. Y continuó con otras ferias y romerías. También hubo tiempo para encontrarme con algunos de mis amigos del grupo de Juan XXIII con motivo de la venida de Sofie, de Lena y de Esteban.
En la semana pasada estuve con ex alumnos del Instituto de Educación Secundaria "Maese Rodrigo" de Carmona con motivo de la feria. Me aloje en un hotel de la localidad para poder irme de la misma sin tener que "arrastrar" a aquellos que aún quisieran seguir en la feria cuando yo quisiera retirarme, lo que pasó en mi última estancia en la misma. 
Allí además de aquellos con los que mantengo una relación más continua, como con Escamilla, muchos se me acercaban reconociéndome como su profesor. Entre otros, fue el caso de Álvaro con el que aparezco en la foto en la que estamos de pie. Es todo un reconocimiento de que la amistad puede seguir a través del tiempo.  Agradezco de corazón esta cercanía y las atenciones que tuvieron conmigo. Cuándo así se lo expresé más tarde, me contesto: "¡Siempre serás mi maestro!" Sin palabra.
Y en esos mismos días, y respondiendo a la invitación de David Guerra de Las Navas de la Concepción, fui a la feria de Sanlúcar la Mayor. Allí estuve con su esposa Lola, y sus hijos Amador y David. Convivir con la familia, que me recibieron en su casa por dos días, fue algo que me pareció muy importante y gratificante.
En la feria, tanto el viernes como el sábado, conocí a sus amigos, y me encontré con amigos de amigos.  La feria de Sanlúcar me pareció preciosa, es como una miniatura de la de Sevilla.
Ya ayer, creo que terminó mi recorrido celebrativo de mayo, estuve en la romería de Las Navas de la Concepción, a invitación de numerosos amigos. La familia de Rafael y Delfina, la de Alfonso y Carmen, la de María José y José Carlos o la de los Lolos, entre otros. 
Aunque no estuve en la salida, llegué al pueblo cuando ya había salido del mismo la imagen de la Virgen de Belén, patrona del pueblo y en honor de la cual se realiza la romería a la ermita que se encuentra a uno siete kilómetros del pueblo. 
Tuve que ir a su encuentro andando por la carretera hasta que los encontré tras andar como media hora. El recorrido se hace mitad por carretera y mitad por camino de tierra paralelo al rio Ciudadeja.  
En total hice más de la mitad del recorrido a pie. La otra parte dentro de unas de la carretas que acompañan a la imagen. Creo que nunca he andado tanto. Pero mereció la pena el acercarme y compartir con tantos amigos este momento tan importante para ellos.



¡Hasta la próxima, primero Dios!

sábado, 10 de mayo de 2025

Cosas

El viernes, después de pasar un día en familia en la feria, vuelvo a casa. Comparto los dos ascensores del metro en Amate con un matrimonio joven, de unos 35 años. 
Al despedirnos, ya casi en la calle, me dice el marido con el que venía hablando: "¡Qué buen porte tiene usted, caballero!" ¡Ole!
Por la tarde en la caseta de la CCPL, donde entro con mi hermano y mi cuñada, un hombre, de repente me da la vuelta y me pega dos besos. Yo le digo: "A mi no importa que me den dos besos, pero no me importaría que me dijeras quién eres". Respuesta: "¡Tu no eres Mateo!". Lógico. Era un buen amigo de mi hermano.
En la misma caseta, un poco antes. Javier, hijo de unos amigos y vecinos de Juan XXIII, aspirante a ser policía local, me dice: "Cuando te veía decir misa de niños, pensaba que parecía que la decías sin cobrar, sin que tuvieras que decirla por obligación, porque te veía muy feliz". Gracias. ¡Me encantó! 
Al mediodía, en la tienda de los chinos al lado de la boca del metro de la Plaza Cuba, al probarme el sombrero me dice la dependienta cuando me iba: "Esta usted muy guapo"¡O sea belleza internacional!
Yo no hice nada para vivir estos momentos, pero nunca es tarde para recibir esas impresiones.

¡Hasta la próxima, primero Dios!

A mi lado


Quedábamos a las dos en la Plaza Cuba. 
Siempre estabas allí cuando yo llegaba.
¡Puntualidad González!
Después de los besos, me cogías del brazo.
Tú de gitana, yo con corbata y chaqueta.
¡Y pa'lante!
Nos gustaba, te gustaba, pararnos antes de llegar a la portada.
La primera en el de la calle Virgen de Consolación.
Cerveza con mejillones o ensaladilla.
Pagaba yo. Sabías que llegaría tu turno.
Paseábamos por la calle Asunción.
Sin prisa.
Hablábamos de todo y de todos.
Momento único.
Sin tapujes. ¡Como hermanos!
Tu estás conmigo, vas a mi lado, de mi brazo.
La otra paradita en el de la peatonal antes de Virgen de Lujan.
Tu turno.
Un pepito y botellín.
Sin prisa. Llegamos a tiempo.
Volvimos a la ruta.
Veíamos la portada.
¡Qué poco te habría gustado la de este año! ¡Pienso!
Y hoy la cruzo físicamente solo,
pero sé que tu vas conmigo, 
a mi lado.

¡Hasta la próxima, primero Dios! 


jueves, 1 de mayo de 2025

Soy amo de mi destino

Ayer por la noche vi, por enésima vez, Invictus, película de 2009 dirigida por Clint Eastwood. Trata sobre Nelson Mandela y su uso de la Copa de Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. En varias ocasiones el actor, Morgan Freeman, repite una frase que me llamó la atención, pero no la recordaba entera. Decía esto: "Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma".  Pero no recordaba lo que decía anteriormente, por eso busqué cuál era el origen de esa frase y qué decía.
La frase es de un poema de William Ernest Henley, un poeta inglés de finales del siglo XIX. Era un poema muy apreciado por Mandela y da nombre a la película Invictus. Estos versos, anotados en una hoja de papel, acompañaron a Nelson Mandela durante las décadas que lo mantuvieron en prisión. El poema “Invictus”, se popularizó gracias a esta película homónima donde nos muestra a un Mandela visionario luchando por la unión y la reconciliación de Sudáfrica. En la recitación de este poema, Freeman une versos del poema de una manera distinta que en el poema original, ya que antecede a estos dos versos, anteriormente citado, otros versos que en el poema va en otro lugar. Estos son los dos versos que Freeman pone delante de los citados: "Doy gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable"
Este es el poema entero:
"En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años
me halla, y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma".

¿Quieres ser el amo de tu destino y el capitán de tu alma?
En esos momentos en que las circunstancias te vienen mal dadas, este poema deberías recordarte que aún dispones de esa fuerza interna, llamada resiliencia, que te permite soportar lo que ahora te parece insoportable, avanzar en lo que te parece insuperable y esperar con paciencia el final de la tormenta sin fin. Me temo que, a veces, entre la derrota y que tu John Silver, atractivo y carismático, deje un recuerdo inmortal, solo media tu resiliencia. 
Habla de la absoluta certeza que tienes de que, por difíciles que sean las circunstancia que está viviendo, siempre sigue contando con su capacidad de decisión, sintiéndote protagonista del espacio de vida que te toca vivir. Este sentido de protagonista nos ayuda a discernir entre aquellos condicionantes que ya no podemos modificar, y aquellas circunstancias que nos permiten tomar decisiones y cambiar nuestro presente.
Veamos lo siguiente: Soy Dueño de mi destino, implica que eres quien decide y conduce tu camino. Las circunstancias pueden que te llenen el camino de barreras, piedras y obstáculos, pero está en ti decidir como lidias con ellos, los esquivas, los superas y finalmente los dejas atrás. Aun cuando, te veas forzado y presionado a afrontar esos grandes retos y circunstancias apremiantes, debes hacer como el agua de un río, que para llegar al mar; se amolda, sube y baja el ritmo, se ensancha y se encoje, fluye hasta alcanzar su objetivo. Entonces, ¡Soy Dueño de mi Destino! se refiere a como debes enfrentar y superar problemas para obrar tu propio camino. Ahora bien, ¡Soy Capitán de mi alma!, nos dice como sentirnos mientras transitamos ese camino. No te dejes desanimar por otros, no dejes que la desesperanza te inmovilice, confía en ti. 
Cuántas veces nos ha pasado que creemos que las circunstancias que nos rodean nos sumergen, nos ahogan y superan. Cuando no vemos un camino claro, o inclusive viéndolo, el miedo, las circunstancias, nos paraliza. Seguramente a lo largo de nuestras vidas, varias o muchas veces nos pasa según cada quien viva. Pero es eso, la VIDA, está llena de retos y circunstancias para ser vividas y superadas, la felicidad no se mide por la ausencia de problemas, se mide por la forma como los enfrentas y lidias con ellos. ¡No importa lo estrecha que sea la puerta!
Me ha parecido un tema interesante cuando hay condiciones que nos llevan, quizás, a vivir situaciones difíciles y retadoras. No perdamos de vista nuestro protagonismo, somos nosotros los que hacemos una lectura de nuestro presente, que incluye nuestro pasado y se proyecta al futuro. Y somos nosotros los que decidimos cómo vamos a hacer frente a lo que la vida nos pone por delante.
Hoy, y siempre, estos versos son muy importantes, y el poema de donde vienen, es actual y necesario. ¡Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma!
En lo personal y en lo profesional, ¡ten a mano esta poesía!

¡Hasta la próxima, primero Dios!

PD: Las lecciones de un estoico moderno: "Usa bien tu mente y sé amable con los demás ¡Eso es todo!" Massimo Pigliucci.