Fue un recorrido que comenzó en el puente de Triana y transcurría por todo el centro de Sevilla parándonos en los lugares que tenían relación con la presencia de la familia Machado. Por ello el paseo iba a terminar en dicho palacio.
Estaba acompañado por amigos del pueblo, y que yo aproveché ya que tenía por la mañana una cita médica antes que comenzara dicha actividad.
Me gustó mucho. ¡Pasear por Sevilla es un lujo! Decubrirla desde la vida de los "machados" fue algo original. Distinto fue cuando el guía comentaba el circuito y se adentraba en la historia, ya que, desde mi punto de vista y desde mis pequeños conocimientos, se alejaba un poco de la verdad.
Terminaba la visita fui a la entrada para preguntar si se podía entrar. De catorce euros, por ser de Sevilla y jubilado, se quedo en nueve. Me pareció razonable el precio y al terminar me quedé satisfecho de haber entrado. Lupe, mi compañera y amiga de San Nicolás, también pensó lo mismo que yo y me acompañó en la visita.
Fue construido en el siglo XV y reformado entre finales de este siglo y principios del XVI en estilo gótico-mudejar y renacentista. Alberga una gran colección de pintura, escultura y artes decorativas de entre los siglos XVI y XX. Por su valor histórico y artístico, fue declarado Bien de Interes Cultural en 1931.
El palacio ocupa una superficie de 9000 metros cuadrados, de los cuales unas dos terceras partes están construidas. Cuenta con varios salones, una capilla y una gran colección de obras de arte.
Hay cuatro jardines, situados al norte, sur, este y noroeste, y dos patios, el principal y el Patio del Aceite. Uno de estos espacios es el Jardín de los Limoneros.En la visita se recorren las habitaciones de la Planta baja. La planta superior es privada ya que es utilizada aún por los propietarios del palacio.



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