Entre el viernes pasado y hoy he tenido dos salidas magníficas y he vivido una derrota de las que duelen.El fin de semana pasado asistí, en Sanlucar de Barrameda, a un encuentro de formación que organizaba la fundación de la HOAC "Robirosa y Malagón" en esta ciudad gaditana.
Bajo el título tan sugerente como el de "Todos hermanos o todos a palos" tres ponentes de mucha potencia nos hablarón de la situación actual de nuestra sociedad, de las perspectivas para el futuro y de las líneas que la iglesia apunta para situarnos ante ella.
El profesor de Sociología política de la autónoma de Madrid, Rafael Diaz Salazar, al que conocía siendo los dos más jóvenes, nos habló de la necesidad de que los militantes vivan el amor político.
El Cardenal de Madrid, José Cobos, a través de la video conferencia reflexionó sobre "La Iglesia ante el cambio de época"
Y el economista Juan Torres López trató sobre "Una respuesta esperanzada ante un futuro incierto"
Este encuentro supuso para mí, que vivo recluido en mi paraiso particular, el estar por primera vez en muchos años en un encuentro de formación. Y me ayudó a ponerme al día de aspectos fundamentales que deben ser tenidos en cuenta para entender la vida política, social y económica de la España actual desde una visión evangélica.
En un ambiente de hermandad durante todo el encuentro, estos días me quitaron muchas telarañas que se crean en nuestra mente cuando no nos ponemos a analizar lo que nos rodea desde un punto crítico.
En las dos noches que estuve en Sanlucar pude cenar con dos matrimonios amigos que viven por el alrededor de donde estaba. Gracias Ildefonso y Marisa, Paco y Silve por vuestra cercanía y cariño.
Este jueves Sixto y yo, estábamos en un continente, en un país, en una ciudad distintos, pero sobre todo en una sociedad con cultura y religión diferente. Estábamos en Tanger.
Sin embargo el sustrato genético parece ser igual el mío a parte de la población marroquí que hace que me confunda y confundan como uno de ellos. Terik me lo dijo nada más llegar: "Marroquí", y hoy un vendedor, en la avenida Mohamen VI, me señalaba repitiéndolo.Dos días preciosos, sin prisa, que me han permitido disfrutar al pasear tranquilamente otra vez por sus calles. ¡Me gusta Tanger! Me encuentro muy a gusto en ella.
El niño de la foto manifiesta la actitud positiva que hay que mantener siempre en la vida cuando esta no nos sonríe. Íbamos perdiendo con nuestro mayor rival por 0 a 2 en nuestro propio estadio.
Quedaban pocos minutos para que terminara el partido del pasado domingo. El ambiente era desolador entre los aficionados. Pero él, el pequeño, mantenía en alto la bandera sevillista y la agitaba sin desanimarse.



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