lunes, 3 de noviembre de 2025

El Gran Cañón del Colorado

Llegar 20 minutos antes después de haber hecho ciento sesenta y cinco kilómetros desde mi hotel hasta las Vegas es lo que me salvó también esta vez. Fue el domingo cuando llegué a Las Vegas. Meterme en esa ciudad ha sido también una buena gesta. Encontré el hotel Venecia que era donde me recogería el bus que me llearía al Cañón. Pero... ¿Dónde aparcar?
El azar me mostró un aparcamiento al lado del hotel. Entro y me dice el trabajaor que era privado. Le hago gesto sobre dóan podría y me hace una señal diciendo que al lado. Son edificios de aparcamiento. Intento volver atrás. Lo logré. Entré y busque unsitio. Le hice una foto. El ascensor no funcionaba y bajé los tres niveles a pié. También le hice una foto.
Corrí porque quedaban diez minutos. Intentar volver al hotel Venecia. Esta calle no tiene salida. Tengo que volver. Me acuerdo. Entrar por debajo del hotel Venecia. Salir a la entrada. Recorrerla. No hay bus. Vuelvo a la puerta. Pregunto por los autobuses. Me señalan un bus que acabaría de entrar. Voy corriendo. Esta lleno. Vendrán de otros hoteles. En la puerta un tipo rubio, grande, con barbas pelirroja. "¿Viator?" pregunte. "YES". Le digo mi nombre. Lo ve en la lista. Me dice su nombre. No lo retengo. No es Paco. Es más difícil de entender. Y salimos. ¡Uf1

Hicimos una parada en el camino para ver una gran presa realizada entre los estados de Nevada y Arizona. 
Es una represa de hormigón de arco-gravedad construida para controlar el río Colorado, generar electricidad y suministrar agua para riego. "Bridging greatness" se traduce como "uniendo/superando la grandeza" o "tendiendo puentes hacia la grandeza".
Está lejos el Cañón, casi dos horas. Mr. Jerses, así se llamaba, hablaba bastante y hablaba durante todo el tiempo. Después de un gran rato por la autovía giramos a la izquierda por territorio de los indios Hualapaix. Esta es un reserva India, como los apartheid, o los campos de concentración en su tiempo. Fueron los primeros en muchas cosas malas.
En este camino ya se notaba el territorio del cañón. Me recordaba las películas del oeste.
Y al llegar. ¡Oh!
Llegué al lugar que había deseado ver hace mucho tiempo. Aunque lo había visto en foto, documentales, películas, y por eso deseaba venir., el verlo directamente fue una de las grandes impresiones de mi vida. Había hecho muchos kilómetros para verlo y hacer un gran esfuerzo en todo los sentidos, pero aquí estaba. ¡Espectacular! ¡ Grandiosi! ¡Único!.
Dicen que el que lo descubrió, venía buscando un tesoro, pero cuando lo vió, dijo:"¡Este es el gran tesoro que nos tenía preparado nuestro Señor!"
Y yo también lo pienso. Es de una grandeza maravillosa. No habría sido posible hacerlo por manos humanas. La erosión del río COLORADO, no red, lo ha hecho posible. Haya en el fondo se ve discurriendo ajeno a la expectación que provoca. Mucha, mucha, gente viene a ver esta maravilla de la naturaleza.
Y si hay muchos sitantes eso es bueno para los Hualapai. Esto es un gran negocio. ¿Qué vas a hacer? Una vez que estás aquí debes pagar para poder acceder a la herradura de cristal que se asoma al cañón. Y esto cuesta la mitad de todo el viaje. Y todo está carísimo. 
Después de unas tres horas y mediaen , volvímos a Las Vegas. Y de allí, con otro momento que bien merece otra crónica, volví a Laughlin a dormir y prepararme para el viaje a San Diego que va a ser un largito.


¡Hasta la próxima, primero Dios!

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