domingo, 22 de junio de 2025

Praga

A lo largo de mi vida he viajado, bien por mi trabajo en el MIDADEN o por placer, por destinos muy lejanos. Siempre pensé que Europa Oriental estaría más cerca conforme me hiciera más mayor. Mi deseo siempre ha estado presente hasta este mes. 

En el mes de junio recibí la petición de mi amigo Ismael de pasar una semana con él en Mallorca. Pasa por una situación personal muy difícil y creí que le podría ayudar salir de su entorno. Le propuse que nos fuéramos a Praga y aceptó. Más tarde se nos unió un matrimonio amigo. 

Desde Sevilla, el martes 10, salimos hacia Palma Sergio, M  Carmen y yo. Ismael, nos recibió en su casa. Al día siguiente salimos para Praga. Nos quedábamos en un apartamento en el centro de la ciudad. Como todo se hace "on line", llegar a descubrir dónde estaba la llave del departamento fue todo un poema. Creímos jugar una yincana.

En un plano, enviados a mi correo, nos habían remarcado dónde se encontraba la llave. En plena calle adyacente, metida en un artefacto atado a una tubería de desagüe con un candado. Este tenía unos números en el que había que poner la clave que ese mismo día recibí por correo electrónico. los pusimos y allí estaba la llave del departamento. Después de comprender todas esas pistas llegamos al edificio. También recibí otro email diciéndome el piso y la letra del apartamento. ¡Por fin estábamos en el apartamento!
Praga es una de las ciudades más bonitas del mundo. La plaza del Reloj, el puente San Carlos, el castillo, la sinagoga española... Entre la tarde del martes y todo el miércoles la recorrimos andando de arriba abajo. Salíamos por la mañana y llegábamos para dormir. Es preciosa. Llena de gente como nosotros: turistas.
Y ese miércoles pensamos en que podríamos ir a visitar Budapest al día siguiente. . Dicho y hecho. En un bus que salía a las cinco de la mañana y llegaba sobre las doce del mediodía. 7 horas. Allí fuimos a una termas y, como el bus de vuelta salía a las once de la noche, nos dio tiempo de ver algo del centro la ciudad. La vuelta se les hizo a mis compañeros de viaje. Yo dormí.
El sábado por la mañana lo dedicamos a dormir. La tarde del sábado y mañana del domingo volvimos a sumergirnos en Praga y conocer sitios nuevos.
Contento de esta visita, volvimos a Mallorca y ya con Sergio y María del Carmen fuimos a conocer la ciudad y el Arenal. Ya el martes volvimos a Sevilla.

¡Hasta la próxima, primero Dios!


viernes, 6 de junio de 2025

La llevé en brazo.

Este miércoles pasado tuve la oportunidad de realizar uno de mis deseos: conocer a la niña que había llevado en brazos, hace unos años, en el camino del Rocío. Y lo era porque aquel momento se ha fijado en mi mente desde aquel día. Y me alegré bastante poderlo hacer y hablar con ella y hacerme una foto. Se llama Lucía y es nieta de Amparo, persona muy de la hermandad y que me llamó por mi nombre cuando la saludé. No pensaba que se acordaría de mí. Hace ya muchos años de aquello.

Todo ocurrió hace uno veinte años. Deseaba conocer desde dentro lo que era el Rocío. Y un aspecto importante de él es hacer el camino. Gracias a mi querida amiga Amparo, no confundirla con la abuela de Lucía, que hace todos los años el camino con la hermandad de su pueblo, La Puebla del Río, pude vivirlo. 

Era el segundo día. Ya por la tarde, sobre las siete o las ocho, el suelo pasaba de ser más o menos duro, a ser arena seca. No es lo mismo andar por el primero que por el segundo. La arena dificulta mucho el andar. Además estaba movida por la cantidad de carretas y personas que circulan por el camino. Casi de inmediato se levantó un viento que levantaba la arena y nos causaba dificultad para avanzar, además de ser molesto para los ojos. Era muy desagradable ese momento. Al mirar a mi lado observo a una mujer, con traje de flamenca, con una pequeña al brazo y otra cogida de la mano, de unos tres años, de la iba tirando. Me acerco a ella, la miro, y me da, con un gesto, el consentimiento para coger en brazo a la que iba andando.

La niña se me agarra colocando su cara sobre mi cuello. Yo a mi vez con mis brazos intentaba tapar su cuerpo. Ese momento se alargó un buen rato. Recuerdo que no podíamos avanzar fácilmente. Los surcos de la arena que pisaba, la arena que el viento hacía chocar contra nuestros cuerpos, nos impedían andar normalmente. Y por otra parte sentía la piel fina y suave de la niña en mi cuello, su calor corporal, la fuerza de sus brazos agarrándome. Esta es la sensación que me ha durado hasta hoy. Fue el vivir el sentido de protección que como adulto creo que tenemos todas las personas ante la debilidad y la vulnerabilidad del niño. Si unimos estas dos perspectivas tenemos un momento único como experiencia personal. 

Su padre se había adelantado al lugar donde íbamos a pasar la noche para arreglar algo. Al ver cómo había cambiado las circunstancias del camino se apresuró a encontrarse con su mujer y sus hijas. Al alcanzarnos lo encontré muy emocionado. Él me agradeció el detalle y le pasé a su hija. Para mí fue un momento único.  

Cuando le comenté a Lucía esto, ella se sonrió aunque no lo recordaba. Es normal. Un mismo acontecimiento puede ser vivido por los protagonistas del mismo de manera muy diferente. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!



domingo, 1 de junio de 2025

Soltar

Soltar no es perder. 
Soltar es regresar.
Es mirarte por dentro y decirte, con ternura, “no necesito cargar lo que no es mío”.
Es soltar la cuerda que te ata a lo imposible, al deber ser, a la necesidad constante de controlar lo que no depende de ti. No sé puede retener a quien ya decidió no seguir contigo. Te enseñaron que amar era sostener, convencer, insistir, pero el verdadero amor no aprieta, no obliga, no fuerza.

Ama en libertad quien ha aprendido a confiar.
Porque la vida no se trata de tenerlo todo claro, sino de aprender a caminar aún con las heridas.
Se trata de respirar, de dejar que cada quien viva su propio camino sin invadirlo, sin corregirle el paso.

¿Para qué exigir que te entiendan siempre?
¿Para qué esperar que reaccionen como tú?
Cuando dejas de esperar que el mundo se acomode a tu manera de sentir, te liberas.
Y liberas a los otros también.


Soltar es un acto profundo de humildad.
Es aceptar que no todo depende de ti, y que incluso cuando no puedes más…el Amor de Dios, ese que no se ve pero se siente, te sostiene sin condiciones.
Permite que cada quien haga lo suyo.

Tú haz lo tuyo: cuida tu paz, elige tu calma, cultiva tu luz.
La felicidad real no se mendiga ni se exige, se construye en silencio, en las pequeñas decisiones que tomas cuando nadie te ve.
En cómo te hablas, en lo que dejas ir, en lo que ya no permites que robe tu serenidad.
Me regalo el permiso de soltar, de no tener que explicarlo todo, de no cargar con la mochila emocional de otros, de elegirte, sin culpas. Porque el almo no vino a pelear con la vida, vino a darle luz y guiarla en el camino...
Sé que todavía estás en schock, pero yo saldré de esta y que puedo contar contigo para sanar mi corazón.
Autora: Mely Esparza
Sanando el corazón


¡Hasta la próxima, primero Dios!


jueves, 29 de mayo de 2025

Rico en alegría

Esta mañana he tenido que ir a Cazalla de la Sierra por varios motivos. Me avisó ayer Pepe, el del taller, que ya había recibido la máquina que rellena el aíre acondicionado del coche. Y apunté en un papelito, cosa que aprendí de mi madre, las cosas que debía comprar en las tiendas de allí. Así que el viaje me iba a salir de mucho provecho. 

Después de ir al médico donde pude charlar con varias personas que esperaban a Susana o al enfermero, y disfrutar de la amistad que me unía con las ellas, y tras hablar con la médica, fui a coger el coche que estaba en la puerta de mi casa. 

Bajando por la calle cruz, me acordaba del cariño de Esperanza, de novena y tres años, que estaba sola en el médico para hacerse una prueba del talón que tenía que ver algo sobre la diabetes. No tenia ni idea de ese tipo de prueba. Ella esta muy bien de salud. Madre de cinco hijos de los cuales soy amigo. Me senté a su lado. Ella, hablando, me ponía la mano sobre mi rodilla para acentuar lo que decía. Me parecía un gesto de cercanía y cariño hacia mí. Eso se me quedo grabado. 

Al llegar al taller, Pepe tenía enchufado un vehículo a la máquina del aíre acondicionado. Me dijo que no funcionaba bien. Que tenía que resetearlo o algo así. Lo vi abrirlo y hacer algo con él. Me preguntó si había venido expresamente a Cazalla por este motivo y le dije que sí. 

Entonces le dije que no pasaba nada, que podría venir la semana próxima. ¿De verdad que no te molesta?, me preguntó. "¡Para nada, Pepe!" le respondí. Mi relación con él es amigable y simpática. "¡Qué bueno!" le escuche decir, en voz baja. "De todas forma, si consigo arreglarla, te llamo esta tarde. Esta haciendo mucho calor para ir por ahí sin aire", me dijo. Yo le dije que muy bien y el me dijo que me llamaría. 

Pasé por el chino a comprar varias cosas y voy a la ferretería en el mismo polígono industrial. Llego y, en silencio, me quedo haciendo la cola, pues había mucha gente. Me dice Javier pasado un rato, al verme: "¿Qué callaíto estás hoy?". Con Javi me llevo muy bien. Lo conozco sólo de despachar. Suelo gastarle bromas y, claro, no se esperaba que estuviera en silencio. Estaban cuatro clientes delante mía y no era cuestión de armarla. Me dice al pasar por mi lado, atendiendo a otra persona, que soy una buena persona, de buenas maneras, tocándome el hombro. 

Cuando me atiende Carlos, el dueño, al ir a pagar le doy la tarjeta bancaria. El dice que a ver si hay dinero ya que estamos a final de  mes. Yo le digo que soy rico. "¿Rico en qué en dinero, en paciencia...?". "¡Rico en alegría!" le respondo. "¡Eso pienso yo!" me contesta. "¡El que es alegre dura más años!" continúa. Me despido de ellos y, en la calle, me encuentro sonriendo.

¡Qué momentos tan simples y tan llenos de vida! Sin grandes alardes, sin grandes gestos, se puede sentirse uno pleno. La sencillez del gesto de Esperanza, el agradecimiento de Pepe por mi aceptación ante la adversidad, la calidez de las palabras de Javi, la afirmación de Carlos sobre el ser alegre, hace que, incluso ahora que estoy escribiendo esta crónica - y tras estar mirando un rato a través de la puerta de calle abierta, en este verano adelantado, los árboles meciéndose - que no se me halla quitado la sonrisa por estos encuentros.


¡Hasta la próxima, primero Dios

domingo, 25 de mayo de 2025

Mayo

Este mes de mayo, al que le queda una semana, ha sido un mes en el que me he encontrado con familiares y amigo en fiestas y celebraciones. Ya comenzó esto en la feria de abril, en mayo, a principio de mes. Y continuó con otras ferias y romerías. También hubo tiempo para encontrarme con algunos de mis amigos del grupo de Juan XXIII con motivo de la venida de Sofie, de Lena y de Esteban.
En la semana pasada estuve con ex alumnos del Instituto de Educación Secundaria "Maese Rodrigo" de Carmona con motivo de la feria. Me aloje en un hotel de la localidad para poder irme de la misma sin tener que "arrastrar" a aquellos que aún quisieran seguir en la feria cuando yo quisiera retirarme, lo que pasó en mi última estancia en la misma. 
Allí además de aquellos con los que mantengo una relación más continua, como con Escamilla, muchos se me acercaban reconociéndome como su profesor. Entre otros, fue el caso de Álvaro con el que aparezco en la foto en la que estamos de pie. Es todo un reconocimiento de que la amistad puede seguir a través del tiempo.  Agradezco de corazón esta cercanía y las atenciones que tuvieron conmigo. Cuándo así se lo expresé más tarde, me contesto: "¡Siempre serás mi maestro!" Sin palabra.
Y en esos mismos días, y respondiendo a la invitación de David Guerra de Las Navas de la Concepción, fui a la feria de Sanlúcar la Mayor. Allí estuve con su esposa Lola, y sus hijos Amador y David. Convivir con la familia, que me recibieron en su casa por dos días, fue algo que me pareció muy importante y gratificante.
En la feria, tanto el viernes como el sábado, conocí a sus amigos, y me encontré con amigos de amigos.  La feria de Sanlúcar me pareció preciosa, es como una miniatura de la de Sevilla.
Ya ayer, creo que terminó mi recorrido celebrativo de mayo, estuve en la romería de Las Navas de la Concepción, a invitación de numerosos amigos. La familia de Rafael y Delfina, la de Alfonso y Carmen, la de María José y José Carlos o la de los Lolos, entre otros. 
Aunque no estuve en la salida, llegué al pueblo cuando ya había salido del mismo la imagen de la Virgen de Belén, patrona del pueblo y en honor de la cual se realiza la romería a la ermita que se encuentra a uno siete kilómetros del pueblo. 
Tuve que ir a su encuentro andando por la carretera hasta que los encontré tras andar como media hora. El recorrido se hace mitad por carretera y mitad por camino de tierra paralelo al rio Ciudadeja.  
En total hice más de la mitad del recorrido a pie. La otra parte dentro de unas de la carretas que acompañan a la imagen. Creo que nunca he andado tanto. Pero mereció la pena el acercarme y compartir con tantos amigos este momento tan importante para ellos.



¡Hasta la próxima, primero Dios!

sábado, 10 de mayo de 2025

Cosas

El viernes, después de pasar un día en familia en la feria, vuelvo a casa. Comparto los dos ascensores del metro en Amate con un matrimonio joven, de unos 35 años. 
Al despedirnos, ya casi en la calle, me dice el marido con el que venía hablando: "¡Qué buen porte tiene usted, caballero!" ¡Ole!
Por la tarde en la caseta de la CCPL, donde entro con mi hermano y mi cuñada, un hombre, de repente me da la vuelta y me pega dos besos. Yo le digo: "A mi no importa que me den dos besos, pero no me importaría que me dijeras quién eres". Respuesta: "¡Tu no eres Mateo!". Lógico. Era un buen amigo de mi hermano.
En la misma caseta, un poco antes. Javier, hijo de unos amigos y vecinos de Juan XXIII, aspirante a ser policía local, me dice: "Cuando te veía decir misa de niños, pensaba que parecía que la decías sin cobrar, sin que tuvieras que decirla por obligación, porque te veía muy feliz". Gracias. ¡Me encantó! 
Al mediodía, en la tienda de los chinos al lado de la boca del metro de la Plaza Cuba, al probarme el sombrero me dice la dependienta cuando me iba: "Esta usted muy guapo"¡O sea belleza internacional!
Yo no hice nada para vivir estos momentos, pero nunca es tarde para recibir esas impresiones.

¡Hasta la próxima, primero Dios!

A mi lado


Quedábamos a las dos en la Plaza Cuba. 
Siempre estabas allí cuando yo llegaba.
¡Puntualidad González!
Después de los besos, me cogías del brazo.
Tú de gitana, yo con corbata y chaqueta.
¡Y pa'lante!
Nos gustaba, te gustaba, pararnos antes de llegar a la portada.
La primera en el de la calle Virgen de Consolación.
Cerveza con mejillones o ensaladilla.
Pagaba yo. Sabías que llegaría tu turno.
Paseábamos por la calle Asunción.
Sin prisa.
Hablábamos de todo y de todos.
Momento único.
Sin tapujes. ¡Como hermanos!
Tu estás conmigo, vas a mi lado, de mi brazo.
La otra paradita en el de la peatonal antes de Virgen de Lujan.
Tu turno.
Un pepito y botellín.
Sin prisa. Llegamos a tiempo.
Volvimos a la ruta.
Veíamos la portada.
¡Qué poco te habría gustado la de este año! ¡Pienso!
Y hoy la cruzo físicamente solo,
pero sé que tu vas conmigo, 
a mi lado.

¡Hasta la próxima, primero Dios! 


jueves, 1 de mayo de 2025

Soy amo de mi destino

Ayer por la noche vi, por enésima vez, Invictus, película de 2009 dirigida por Clint Eastwood. Trata sobre Nelson Mandela y su uso de la Copa de Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. En varias ocasiones el actor, Morgan Freeman, repite una frase que me llamó la atención, pero no la recordaba entera. Decía esto: "Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma".  Pero no recordaba lo que decía anteriormente, por eso busqué cuál era el origen de esa frase y qué decía.
La frase es de un poema de William Ernest Henley, un poeta inglés de finales del siglo XIX. Era un poema muy apreciado por Mandela y da nombre a la película Invictus. Estos versos, anotados en una hoja de papel, acompañaron a Nelson Mandela durante las décadas que lo mantuvieron en prisión. El poema “Invictus”, se popularizó gracias a esta película homónima donde nos muestra a un Mandela visionario luchando por la unión y la reconciliación de Sudáfrica. En la recitación de este poema, Freeman une versos del poema de una manera distinta que en el poema original, ya que antecede a estos dos versos, anteriormente citado, otros versos que en el poema va en otro lugar. Estos son los dos versos que Freeman pone delante de los citados: "Doy gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable"
Este es el poema entero:
"En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años
me halla, y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma".

¿Quieres ser el amo de tu destino y el capitán de tu alma?
En esos momentos en que las circunstancias te vienen mal dadas, este poema deberías recordarte que aún dispones de esa fuerza interna, llamada resiliencia, que te permite soportar lo que ahora te parece insoportable, avanzar en lo que te parece insuperable y esperar con paciencia el final de la tormenta sin fin. Me temo que, a veces, entre la derrota y que tu John Silver, atractivo y carismático, deje un recuerdo inmortal, solo media tu resiliencia. 
Habla de la absoluta certeza que tienes de que, por difíciles que sean las circunstancia que está viviendo, siempre sigue contando con su capacidad de decisión, sintiéndote protagonista del espacio de vida que te toca vivir. Este sentido de protagonista nos ayuda a discernir entre aquellos condicionantes que ya no podemos modificar, y aquellas circunstancias que nos permiten tomar decisiones y cambiar nuestro presente.
Veamos lo siguiente: Soy Dueño de mi destino, implica que eres quien decide y conduce tu camino. Las circunstancias pueden que te llenen el camino de barreras, piedras y obstáculos, pero está en ti decidir como lidias con ellos, los esquivas, los superas y finalmente los dejas atrás. Aun cuando, te veas forzado y presionado a afrontar esos grandes retos y circunstancias apremiantes, debes hacer como el agua de un río, que para llegar al mar; se amolda, sube y baja el ritmo, se ensancha y se encoje, fluye hasta alcanzar su objetivo. Entonces, ¡Soy Dueño de mi Destino! se refiere a como debes enfrentar y superar problemas para obrar tu propio camino. Ahora bien, ¡Soy Capitán de mi alma!, nos dice como sentirnos mientras transitamos ese camino. No te dejes desanimar por otros, no dejes que la desesperanza te inmovilice, confía en ti. 
Cuántas veces nos ha pasado que creemos que las circunstancias que nos rodean nos sumergen, nos ahogan y superan. Cuando no vemos un camino claro, o inclusive viéndolo, el miedo, las circunstancias, nos paraliza. Seguramente a lo largo de nuestras vidas, varias o muchas veces nos pasa según cada quien viva. Pero es eso, la VIDA, está llena de retos y circunstancias para ser vividas y superadas, la felicidad no se mide por la ausencia de problemas, se mide por la forma como los enfrentas y lidias con ellos. ¡No importa lo estrecha que sea la puerta!
Me ha parecido un tema interesante cuando hay condiciones que nos llevan, quizás, a vivir situaciones difíciles y retadoras. No perdamos de vista nuestro protagonismo, somos nosotros los que hacemos una lectura de nuestro presente, que incluye nuestro pasado y se proyecta al futuro. Y somos nosotros los que decidimos cómo vamos a hacer frente a lo que la vida nos pone por delante.
Hoy, y siempre, estos versos son muy importantes, y el poema de donde vienen, es actual y necesario. ¡Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma!
En lo personal y en lo profesional, ¡ten a mano esta poesía!

¡Hasta la próxima, primero Dios!

PD: Las lecciones de un estoico moderno: "Usa bien tu mente y sé amable con los demás ¡Eso es todo!" Massimo Pigliucci.


martes, 29 de abril de 2025

Luz

Ayer, bueno también hoy porque en mi casa la luz llegó a las tres de la mañana, hubo un apagón total tanto en la España como en el Portugal peninsular. Los archipiélagos tienen corriente propia. Yo estaba en esos momentos en mi casa. Acababa de llegar de Azuaga, un pueblo extremeño, a la que fui acompañando a mis amigos Alfonso y Carmen de Las Navas de la Concepción. Iba a tomar el coche para ir a Cazalla de la Sierra a buscar unas gafas del sol, un sombrero y descambiar un producto en la gran superficie de esa localidad.
En un principio pensé que era sólo en mi casa. No lo comprobé aunque pensé hacerlo. Ya en el camino escuché en la radio que era un apagón general y total. Me interesé y seguir escuchando las noticias. Se provocó hacia las doce y media del mediodía. Al llegar a Cazalla en la óptica me atendieron sin luz. En la librería estaban echando el cierre y no me atendieron. Y en el supermercado tenían generadores propias, había luz. Sobre las dos llegaba a mi casa. 
Cuando toda España se queda sin luz, sin internet, sin cobertura, sin electricidad. Todo se apagó y la oscuridad se instaló en todos nosotros, sin poder hablar con nadie, sin poder saber qué estaba pasando ni por qué.  
Entonces me informé a través del transistor a pilas, el único medio de comunicación que teníamos, una vela que alumbró durante todo el día: la radio. Regresaba hacia el año 1964 en la concerniente a ella y sin luz eléctrica hacía principio del siglo XX. Increíble.
Esto llevaba a cerrar los puestos de trabajos: comerció, oficinas, empresas e industria. A mantener sin actividad a los colegios ya que se obligaban a interrumpir las clases y a no poder dar de comer a los alumnos que se sirven del comedor. Se cortan las comunicaciones telefónicas. No se puede conectar con los centros. Nadie coge el teléfono, ni los que tienen cobertura (los menos) ni los que no la tienen (la mayoría). 
El metro, el tren de todo tipo, se para allí donde le cogió el corte de la luz. Con todo el mundo dentro con las dificultades propias de ello. Los problemas principales se siguen dando en la red ferroviaria. 
Hasta 35.000 personas fueron rescatadas ayer. Y se cierran estaciones de metros y de tren. 
No funcionan los cajeros. Los bancos ya habían cerrado. Los datáfonos no funcionaban. Mucha gente, que ya no lleva dinero físico, no podían acceder a comprar nada: ni con las tarjetas ni con el teléfono
En los bares no había café, las máquinas dispensadoras de refrescos o comida no funcionan. Se hacía imposible comer en los restaurantes. 
El tráfico viario se hacía imposible sin los semáforos. Los atascos, tanto en las calles o a las entradas de las ciudades, inmensos.
En dispensarios y hospitales la actividad se ralentizó. El nerviosismo se apoderó de las personas en diálisis, enfermos respiratorios y personas con esclerosis lateral amiotrófica en un día "increíble", pero que se saldó sin graves incidencias. 
Hacia las seis de la tarde, seis horas después del apagón, se informó por primera vez a la ciudadanía a través del presidente del Gobierno, que dijo que no apartaba ninguna de las cusas de ese apagón. Nos íbamos al final de la tarde temiendo que la luz no llegara.
Las informaciones decían que había zonas en la que iban volviendo a tener corriente poco a poco. Hacía las seis de la tarde era el 30 %. 
Los pocos comercios que estaban abiertos fueron prácticamente vaciados. Las personas, a demás de comprar para comer, compraban cerillas, velas, baterías, linternas, cocinas a gas con los consiguientes productos como el papel higiénico y las botellas de agua. Mi almuerzo y cena ese día fue a base de ensaladas y embutidos.
Qué más nos puede pasar a la generación que sufrió la crisis económica de 2008, la que padeció la pandemia de los 900 muertos al día en 2020 con fuertes restricciones en los hábitos cotidianos hasta 2021 y que vivió las DANA de Valencia.  
Esto lleva a una conclusión: La sociedad de las certezas tiene los pies de barro. Es una locura sentirse tan vulnerable, a nosotros, los mayores que nos hemos acostumbrado a lo que se ha denominado zonas de confort y en la que han vivido las generaciones nuevas. 
Y dos apostillados: España declaró el estado de emergencia tras un gran apagón, que ya ha terminado y que todavía se esperan más y mejores explicaciones. 



¡Hasta la próxima, primero Dios!

martes, 22 de abril de 2025

Los de Emaus



"Dos amigos que habían peregrinado a Jerusalén para la Pascua caminan de vuelta a su pueblo discutiendo acaloradamente. Saliendo de la nada un tercer hombre se les une y les pregunta el motivo de su disputa. Los otros se sorprenden. ¿Eres el único en toda la región que no se ha enterado? Lo de aquel profeta, poderoso en obras y palabras. Muchos decían que era el mesías, pero ya han pasado tres días desde que lo crucificaron."

Lucas gradúa el suspense con la maestría narrativa que le es propia. La anagnórisis o reconocimiento no se producirá hasta el final. Y en realidad es lo de menos. Como en todas las historias lo importante es el viaje, el recorrido interior que no se explicita mientras los peregrinos completan los once kilómetros que los separan de Emaús. Van escuchando los argumentos del desconocido, sienten "arder su corazón" y empiezan a temer el final de la jornada. Cae la tarde y los dos oyentes suplican al narrador que se quede a cenar con ellos. La súplica será atendida y sus vidas cambiarán para siempre.

El episodio, quizá el más hermoso del Nuevo Testamento, aporta un testimonio de la Resurrección pero funciona también como una alegoría del poder de la palabra y del arte de la amistad, que nace de la conversación, de la literatura oral. La escena contiene todos los elementos que definen "el menos biológico de los amores", según C.S. Lewis: la atmósfera propicia, el horizonte compartido, el reconocimiento recíproco, la ausencia de expectativas interesadas, el deseo de incondicionalidad. Un amigo no es solo alguien que te escucha: es alguien que te entiende antes de escucharte. Preexiste, vive en sincronía contigo. Eso es lo que experimentaron los discípulos de Emaús al toparse con Jesús regresando de Jerusalén. La amistad es un yo que se declina en un tú, una extensión nueva de nosotros mismos habilitada por el mágico contacto con el otro. La fe no es un fenómeno muy diferente.

Cuando pinta Los peregrinos de Emaús, la vida de Rembrandt se ha torcido definitivamente. Su primera esposa ha muerto de tuberculosis, su segunda compañera ha sido excomulgada y no pueden casarse, su prestigio se hunde, la ruina le obliga a empeñar sus bienes. Macerado por la soledad, anhelante de la piadosa atención que el mundo le niega, Rembrandt suelta la mano. No perderá dominio técnico, pero su pintura se vuelve más espiritual. En el Resucitado que se delata al fin partiendo el pan pinta el rostro que le falta: el del amigo que comprende y perdona. En el lienzo la luz es el mensaje y toma cuerpo de epifanía, de compañerismo revelado, porque compañero significa etimológicamente "el que comparte el pan". 
La cena de Emaús del domingo replica así la Última Cena del jueves: es la segunda misa de la historia, ritualiza ya la acción de gracias por la pureza de una relación que da sin esperar recibir. Por eso los dos de Emaús se nos antojan más auténticos que los Doce: porque están libres incluso de la vanidad de pertenecer al grupo originario. Lucas solo da nombre a uno: Cleofás. El otro podríamos ser cualquiera. El evangelio no es otra cosa que la historia de la mayor amistad jamás contada. La de aquel que da su vida por sus amigos. ¡Feliz Pascua!  

Y no pudieron guardarse lo que había visto, vivido, experimentado, y vuelven a Jerusalén a contarle a los demás discípulos la Gran Noticia.


¡Hasta la próxima, primero Dios!