La lluvia oportuna.

Hasta hace unas semanas se hablaba de la posibilidad de restricciones del suministro de agua desde la destinada a la agricultura cómo hasta la doméstica. La situación empezaba a ser muy preocupante, pues la ausencia de lluvia se convertía en algo ya crónico, estando oficialmente en alerta por sequia. 

La situación había cambiado hace unas semanas con unas lluvias que sino habían sido bastante solucionaban un poco la situación del campo provocando la aparición de hierba para el consumo del ganado, aunque los embalses no notaban este cambiado debido a la sequedad del terreno que "tragaba" esa agua si posibilidad de que corriera hacia arroyos, afluentes y ríos.

Sin embargo esto iba a cambiar en esta semana que hoy acabamos. Los pronósticos nos avisaban de una borrasca que tenía nombre de un almirante inglés que nos dio de lo lindo en Trafalgar, eso sí sin un brazo que perdió en Tenerife cuando quiso conquistar las islas para su país.

Ponerle Nelson a esta borrasca tiene algo de jocoso, pues al final ha venido a restaurar en algo el equilibrio  hidrológico en el país al que venció en aquella batalla naval. 

En esta semana, Semana Santa, esta borrasca ha producido, y aún está produciendo, fuertes rallas de viento, fenómenos costeros, nevadas y, sobre todo, fuertes lluvias. 

En la provincia de Sevilla, los vecinos mi pueblo, San Nicolás del Puerto, conocedores de situaciones semejantes, ya vividas, se han echado a la calle para salvar sus coches por la riada, aparcándolos en lugares más altos, exceptos personas no conocedoras de ello, los dejaron al margen del río Galindón y fueron a parar a la ribera . La borrasca Nelson nos ha pasado por encima como un rodillo: 157 litros en 24 horas se han llevado por delante la playa fluvial y ha entrado en algunas casas.

Como consecuencia de esta situación de lluvia las cofradías de Sevilla capital no han podido realizar su estación de penitencia a la Catedral, lo que ha perturbado el desarrollo de la semana que está desde siglos centradas en ellas. 

Todo ello me ha hecho mantenerme en casa esta semana. Una semana para la reflexión y la contemplación. 

¡Hasta la próxima, primero Dios!

La imagen de la Virgen que ha representado
para mi familia y para mí la vivencia de la
semana santa toda la vida.