El Coragyps atratus es un ave carroñera, con setenta y cuatro de longitud, uno con sesenta y siete metros de envergadura y un peso promedio de entre dos (macho) y dos con setenta y cinco kg (hembra). Su plumaje es principalmente negro lustroso. La cabeza y el cuello no tienen plumas y su piel es gris oscuro y arrugada.Este blog quiere reflejar aquello que vivo en este momento. Quizás era necesario pues había que consolidar un nuevo escenario y una nueva forma de ser y de estar. Vivir en San Nicolás, establecer una nueva perspectiva de mi vida, ocuparme de lo ordinario para vivir, relacionarme con los otros desde aquí... es nuevo. Y todo ello siendo yo mismo con mis opciones y mis prioridades. Eso es lo que llena mi vida en este tiempo.
jueves, 20 de febrero de 2025
El ballet de las gaviotas
El Coragyps atratus es un ave carroñera, con setenta y cuatro de longitud, uno con sesenta y siete metros de envergadura y un peso promedio de entre dos (macho) y dos con setenta y cinco kg (hembra). Su plumaje es principalmente negro lustroso. La cabeza y el cuello no tienen plumas y su piel es gris oscuro y arrugada.Existen
Allí donde más los necesitan están ellos. En algún momentos en estas crónicas he hablado de que existen. Tienen apariencias distintas: edad, género, nacionalidad... Son personas que tienen todas las mismas características: disponibilidad, amabilidad, generosidad. Sergio, mi taxista y amigo de la capital, llegó antes de tiempo por mí. Aunque tenía la maleta y mochila preparada, estaba usando el ordenador pues empleaba las horas de espera escribiendo en el blog.
Eran las tres y media de la tarde. La mitad del trayecto lo hicimos normal. Un poco después comenzó el tráfico mas lento y las retenciones. Cuando faltaba un tercio del recorrido todo se paró. Por todas parte había camiones de basura cortando el tráfico. Estaban en contra de una nueva ley que les afectaba. Por mucho que lo intentaba Sergio no podíamos acceder al aeropuerto. Un municipal le permitió acercarme lo máximo posible por dirección contraria. No pasaban coches pues veíamos a lo lejos como los camiones de basura cortaban ambos sentidos de la calzada. Llegando al final de esa avenida la única solución era ir andando. Sergio se sintió desolado, pero no había otra solución. Me veía caminando por avenidas, que ya conocía de salidas anteriores, cargando con la mochila y tirando de la maleta.
Este chico, Emilio, de agradable apariencia, blanquito, se puso a su espalda la mochila y me indicó el camino que debíamos tomar. Me pareció bastante raro y pensé que, aunque yo llevaba en el chaleco el pasaporte, en la mochila llevaba la cartera con el DNI y las tarjetas.
Después de un buen rato llegamos al aeropuerto por donde salen los coches de él. Nos hicimos otra foto, le pedí el teléfono, le di las gracias y yo entré en la terminal y él me dijo que iba a ver si podía ayudar a otra persona.sábado, 15 de febrero de 2025
Tamal con recadito
He sido tratado en el municipio de Chajul, Quiché, como uno más de la familia de mi amigo Enmanuel. Aunque me costó llegar y me prometí no hacer más ese camino, al descubrir el cariño y la vida de ellos, el sentirme muy a gusto y sentir la generosidad de ellos, creo que valió la pena venir y conocerlos. Me he sentido muy bien.
Me habían preparado una habitación para mí. La cama, tenía sólo la sábana de abajo. Es normal aquí. Ya lo constate en Ixmucané cuando había que explicarle a las chicas porque había dos sábanas. Es su costumbre. Duermen vestidos. Me tapaba con dos mantasCataratas de Chichel
Chajul, como la de toda la comarca o toda la región, se encuentra en pleno Cuchumatanes, la parte norte de la cordillera de los Andes. La altitud de la ciudad, de 60.000 habitantes, es de 2000 metros sobre el nivel del mar. Llegamos a San Felipe y continuamos hasta Chichel, una aldea de Cotzal, por una malísima pista de tierra subiendo y bajando. Tras una hora Andrés nos dijo que habíamos llegado. No sabíamos por donde seguir. Él se animó a aproximarnos más. Pero el camino se hacía imposible.
Paramos cerca de una casa en la que la señora nos dijo que podíamos aparcar en su puerta. Pensamos que se iba Andrés cómo íbamos a volver. Andrés nos dijo que volvería él. Entonces le dijimos que nos acompañara para no tener que volver por nosotros. Y siguiendo a pie por el camino que nos indicó la señora de la casa llegamos a las cascadas.
Están situadas en un parque de recreo. La encargada nos dijo que para entrar había que pagar veinticinco los guatemaltecos y treinta y cinco los extranjeros. Me extraño, pero pagamos la entrada incluida la entrada de Andrés. Ella nos podía preparar el almuerzo, cuarenta y cinco quetzales por cabeza, y aceptamos.Viaje a Chajul
Tras dos horas llegué a Nebaj. Recuerdo que había estado aquí. La región Ixil fue masacrada en la guerra civil, "Conflicto Armado" lo llaman ellos, que duro treinta y seis años entre 1960 y 1996. ![]() |
| Aún hoy se ven en las calles estos carteles exigiendo la búsqueda de los desaparecidos. |
Hasta Nebaj el microbús me costó treinta quetzales (unos cuatro euros). Pero aún no había llegado. Emanuel me dijo que tomara un TukTuk para ir a la terminal. Como ya eran las dos y media le dije que primero iba a almorzar. Un caldo de mariscos, mi favorito. ¡Buenísimo!martes, 11 de febrero de 2025
Al ritmo del sol
A todas las personas le pregunto como se llama para entablar una conversación llamándolos por su nombre. Me acuerdo de unos nombres de los tukteros que quiero apuntar aquí para preguntar por ellos, si vuelvo, al año que viene: Coyote su mote, Alfaro su segundo apellido, Alfredo el hondureño, Corán con el que más cervezas me he tomado. Éste iba proclamando mi nombre cuando me veía a toda voz por el municipio.

lunes, 10 de febrero de 2025
Pensando en ti
Me ha costado reanudar las crónicas. Las anteriores de mi estancia en Tilapa ya las había escrito y no era más que montarlas. Pero en medio de mi estancia en la playa, una familia muy amiga ha sufrido el fallecimiento de su hija de 14 años. El año pasado estuve con ella dos o tres veces pues, aunque no viven en Sevilla, viene unas dos o tres veces al año. Yo fui en julio a estar con ellos.
La chica, sus padres, son muy queridos por mí. Al padre lo conocí cuando tendría trece o catorce años en el Junior. Hoy tiene cincuenta. Estuve, como un familiar más, en su matrimonio con Mariela. Mi relación con ellos es muy estrecha. Para mí era ella una sobrina más. Me ha dejado tocado, y lo sigo estando.
Comprendo el estado en el que se encuentran. Todo mi cariño y mi cercanía. Y el silencio para contemplar su duelo. Ha sido muy dura su marcha. Para el creyente ella estará mirándonos por arriba de sus gafas, imagen que tengo gravada, diciendo: "No estéis tristes, yo cuidaré de vosotros todos los días de vuestras vidas".
domingo, 9 de febrero de 2025
El Golfo de América
Entendía que la historia podría ser contada de diferente manera, e incluso la historia cotidiana, según sea vencedor o vencido, o empresarios periodísticos conservadores o progresista. Pero que se atrevan a cambiar el nombre de un golfo unilateralmente para apoyar una tendencia política ultranacionalista y así machacar de paso a su vecino del sur, al que no respeta y al que hace culpable de sus males, es ya inaceptable.¡Hasta la próxima, primero Dios!.
Dos días fantásticos II
Me despertaron unos golpecitos en la puerta. Eran sobre las cuatro de la tarde. Escuché la voz de Katia: "Don Alfredo hay aquí unos soldados que preguntan por usted". Sorprendido le pregunté si venían con armas. Ella me dijo que no.
Ellos hablaban de un partido de futbol que se iba a jugar a las 20 h. Yo no entendía bien. Llego otro, Junior, que se miraba -expresión típicamente chapín- diferente en la ropa y en el rostro. Este no era de descendencia maya como los otros. Además tenía la mayor graduación entre los suboficiales: sargento mayor. Veintiocho años y no era de la compañía de estos dos, que me habían dicho que eran especialistas de la marina, sino de una compañía de marineros normales. La presencia de Junior le dio mas sensatez a la conversación. Él venía con un cuatrimoto.


































